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Las familias se reúnen, los altares se iluminan y las historias vuelven a contarse una y otra vez, entre risas, anécdotas y tazas de chocolate caliente que reconfortan el alma.
El Día de Muertos nació mucho antes de lo que imaginamos. En los pueblos originarios de México, esta celebración era un puente con el más allá, una forma de agradecer a quienes nos precedieron y seguir sintiendo su presencia a través de los sentidos: los colores del cempasúchil, el sonido de la música y, por supuesto, el sabor de los alimentos que compartimos en su honor.
Entre todos ellos, el chocolate siempre tuvo un lugar especial. Era considerado un regalo de los dioses, símbolo de amor y energía vital. Hoy, ese legado continúa en cada taza que preparamos con dedicación, en cada sorbo que nos une con los nuestros y con quienes ya partieron.
Preparar chocolate caliente es más que una receta: es un acto de amor. 
Es revolver con paciencia, ver cómo el cacao se transforma en una bebida espesa, perfumada, llena de historia. Es reunir a la familia alrededor de la mesa, sentir el calor del hogar y disfrutar ese instante donde todo parece detenerse. 
Desde el espeso y aromático champurrado (atole de maíz y chocolate) hasta el clásico atole de guayaba o el simple, pero delicioso, chocolate de agua o leche, son el símbolo perfecto para compartir historias entre generaciones y celebrar el Día de Muertos.
Y para esos momentos tan significativos, nada como la Chocolatera de Royal Prestige®, diseñada para elevar esta tradición a otro nivel. Su exclusivo cono de acero inoxidable con efecto volcán ayuda a prevenir derrames, mientras que sus materiales de excelente calidad distribuyen el calor de manera eficiente, conservando el sabor auténtico del cacao.
Cada detalle ha sido pensado para que preparar chocolate sea una experiencia tan placentera como compartirlo.
Este Día de Muertos, mientras sirves esa bebida que evoca tantos recuerdos, hazlo con la tranquilidad de estar usando un producto que cuida de ti y de la tradición. Invita a tus seres queridos a la mesa, enciende las velas, cuenta las historias y deja que el calor de Royal Prestige® envuelva tu celebración.